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INTRODUCCIÓN

José María Vargas Vila (18601933), un heterodoxo en el sentido estricto de la palabra, fue posiblemente el autor colombiano más leído en la primera parte del siglo XX. El objetivo principal de su escritura fue subvertir los lineamientos que la sociedad de su tiempo entendía como sagrados, pero que él señaló como obstáculos para el progreso y la igualdad en Latinoamérica. Algunos factores que fueron blanco de la invectiva de Vargas Vila incluyen el catolicismo y sus representantes en general, y más específicamente la intromisión de la iglesia en los asuntos del estado; los conceptos tradicionales de familia y sociedad, como el matrimonio y las reglas de supuesta civilidad; lo que se consideraba como literatura "decente", aquella que trataba temas clásicos o consuetudinarios y las aproximaciones tradicionales a la literatura; y lo que él veía como la falsa moral que entorpecía el progreso de la sociedad. Intolerante de la intolerancia, polarizó al público lector desde el inicio de su carrera literaria.

Los temas más importantes en la obra de Vargas Vila incluyen la crítica de la mojigatería social, un constante ataque a los regimenes dictatoriales, el escrutinio de los desarrollos políticos de su tiempo, la defensa a ultranza del individualismo, y el abordaje de temas sexuales proscritos. El contenido de sus libros era con frecuencia escandaloso, tal y como puede esperarse de un tipo de escritura que buscaba hostigar el status quo. Vargas Vila exploró temas perturbadores como el incesto, la corrupción de los sacerdotes, o el uso de narcóticos, y atacó la convención de la sacralidad de la patria o de la concordia. Algunos de sus personajes más controvertidos incluyen un sacerdote leproso que engendra un hijo con su prima; un narrador que defiende y recomienda el suicidio para aquellos que obedecen ciegamente las reglas sociales; o un artista cuya amante quema sus manos con ácido.

La Iglesia Católica respondió al ataque, por supuesto. Varios de los libros de Vargas Vila fueron prohibidos, y se amenazó con excomunión a cualquiera que fuese encontrado leyéndolos. Se ha dicho que la Iglesia católica excomulgó a Vargas Vila, pero no fue así. Sin embargo, la prohibición eclesiástica se tradujo en grandes ganancias económicas para el autor, toda vez que sus libros fueron impresos, vendidos, vueltos a imprimir y vender, una y otra vez.

Por lo menos en parte, Vargas Vila buscaba que su estilo en la escritura sirviera como complemento y expresión de su filosofía y de sus elecciones temáticas. Posiblemente la técnica dominante en sus textos es aquella de la escritura fragmentada. Párrafos cortos, afirmaciones aforísticas, violación de las reglas tradicionales de puntuación, incorporación de extranjerismos y oraciones en otras lenguas, juegos de palabras, insultos, construcciones gramaticales latinizadas y juegos tipográficos son algunas de las estrategias utilizadas por Vargas Vila para sacudir al lector de su comodidad, de su deseo de ser entretenido en lugar de formar y reformar activamente su sociedad. El objetivo de Vargas Vila era épater le bourgeois, esto es, provocar a aquellos que obtenían beneficio de sus posiciones de poder. Hay juicio unánime entre los críticos de que hay un tipo de escritura que puede calificarse con el nombre de estilo vargasvilesco.

La producción escrita de Vargas Vila es pasmosa. Además de los artículos en su revista Némesis, el autor escribió más de ochenta libros. A pesar de haber sido objeto de la burla de los círculos que juzgan lo que es conveniente, él fue uno de los únicos escritores que pudo vivir de su trabajo literario. No fue común hasta bien entrado el siglo XX que un autor latinoamericano publicara de manera tan profusa y que recibiera regalías de la venta directa de sus libros. Muchos críticos literarios, por supuesto, vieron el gran volumen de su trabajo como corroboración de su tosquedad. Sin embargo, Vargas Vila fue ampliamente leído, especialmente por un tipo de público del que muchos de sus contemporáneos se burlaban. Aún así, tuvo muchos admiradores notables, entre ellos el poeta modernista nicaragüense Rubén Darío y el poeta, intelectual y héroe cubano José Martí.

Un estudio exhaustivo y serio del corpus literario de Vargas Vila ha sido difícil hasta ahora. Esto se debe especialmente a la recientemente mencionada copiosa producción del autor, además del hecho que muchos de sus trabajos aparecieron bajo diferentes ediciones, y las mismas obras bajo diferentes títulos. La "edición definitiva" de los libros de Vargas Vila, publicada por Ramón Sopena en Barcelona cuando el autor aún vivía, superó los cuarenta volúmenes. Este portal electrónico reúne ya el doble de esos volúmenes, y su propósito es ofrecer acceso a la obra de Vargas Vila en todas las ediciones que publicó estando en vida. La biblioteca en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill viene adquiriendo estas obras activamente para su colección de libros raros.

Esperamos que en breve los lectores encuentren aquí primeras ediciones, ediciones comparativas de títulos publicados por más de una casa editorial, reediciones de ciertos libros bajo títulos alternos, y obras publicadas en formatos no tradicionales. Con tiempo—y con la ayuda de quienes visiten nuestro portal electrónico—también esperamos convertirnos en el más grande catálogo electrónico de material gráfico relacionado con el autor colombiano.

por Juan Carlos González Espitia, La Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill